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El ejercicio físico es
fundamental en todas las edades, pero aún más en la etapa de la adolescencia.
Gracias al ejercicio se desarrollan los músculos y huesos, al tiempo que se
mejora la psicomotricidad. Además, es especialmente saludable para el aparato
circulatorio. Entre los 10 y 14 años es cuando se produce la mayor cantidad de
cambios físicos, es justamente en esta etapa cuando el ejercicio incentiva el
crecimiento del hueso.